Hoy canto por los sueños muertos, los sueños de otros, porque a los míos no los dejé pasar, no fueron sueños, nacieron reales.
Proclamo eterno el ahora, me olvido del fueron y del serán. Para el que ama no existe otro momento que no sea presente.
Este es el epílogo para el despertar de una rosa, no nacerá, no dejaré que muera. La conservaré eterna, nunca será algo, siempre será todo.
Lo que al tiempo se entrega, el tiempo lleva, mas lo que el corazón conserva, nunca envejecerá.
Epilogo para el despertar de una rosa...
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